La carrera de anoche es la carrera que todo atleta sueña con correr. Esa receta exótica con unos ingredientes imposibles de reunir fuera del paraguas de un campeonato universal pero que en este 2023 ha sido posible gracias a la Golden Gala de Roma, este año trasladada a Florencia, y que ha juntado en el mismo corral a casi todo lo que tiene nombre y apellidos en la larga distancia en pista.
Sobre el papel, la carrera dejaría fuera de juego a todo aquel que no hubiera roto la modesta barrera de los 13 minutos, presagiaba un crono antológico y quien se llevara el gato al agua sería algo más que un ganador de Diamond League.
Chepteguei, Kejelcha, Barega, Ahmed, Krop, Fisher, Kipkorir... todo lo que ha bajado de 12:50 sobre la mesa. Aunque en esta carrera, el valor no estuvo tanto en el cuánto, sino en el cómo. La carrera de Florencia tuvo plantel de final olímpica y como tal, se desarrolló. Una carrera a ritmo medio-alto con una última vuelta en el que solo los elegidos pueden estar hasta el final. Una carrera de campeonato. De especulación. De estrategia. La carrera que avala las candidaturas a ser campeón del mundo.
Ese es el verdadero valor de la victoria de Katir anoche en la Diamond League. Lo que hizo está solo al alcance de unos pocos privilegiados en toda la historia. Colocarse bien en un grupo compacto a falta de una vuelta, seguir las hostilidades, y aguantar a un tio de 12:46 al principio de la última curva para hacerle correr por fuera, desgastarle y tener la opción de poder cruzar los dedos en la recta final.
Katir dio ayer una clase magistral de cómo ser campeón del mundo de una prueba de fondo en pista y dejó sentado sin ningún tipo de complejo a todas y cada una de las instituciones que hasta ahora gobiernan el tartán. Una clase magistral no solo de aptitudes físicas, sinó también de estrategia. Hizo lo que hay que hacer. Lo que parece que está claro. Pero qué dificil es hacer lo fácil cuando tienes a los primeros ministros del fondo internacional respirándote en la nuca.
El verano dirá si finalmente es digno de serlo pero ayer, Katir, presentó en sociedad su candidatura de campeón del mundo.
